Entrega de premios del primer Concurso para Jóvenes Inventores.

Brainapple busca nuevos mercados para su refresco, del que ha vendido 50.000 botellines

Con motivo de la entrega de premios del I Concurso para Jóvenes Inventor@s del Refresco Natural Brainapple, nos reunimos con El Correo y los ganadores del Concurso, la empresa mirandesa Seleguin.</h4 >

Sergio, Leandro y Gustavo, integrantes de Seleguin, reciben el premio de manos de Aitana Hernando, alcaldesa de Miranda.

La empresa, que abrió su planta hace casi un año, tratará de ajustar el precio para competir con las bebidas más conocidas

CRISTINA ORTIZ. MIRANDA DE EBRO. Todavía tienen mucho camino por recorrer para llegar a poner en el mercado tres millones de botellines de refresco de manzana al año; pero Brainapple no renuncia a ese objetivo, aunque la realidad del mercado les lleve a reconocer las dificultades para conseguirlo en dos o tres años; y, por tanto, a recalcular las cifras de venta y también el precio. «Vamos a hacer un ajuste en coste de hostelería y restaurantes para que se acerque más al de los refrescos más conocidos. Buscaremos ser más competitivos frente a esas bebidas que no tienen ese calificativo de natural». Rebajar el precio, así como potenciar las acciones comerciales y de marketing para dar a conocer el producto en todo el país, a través de distribuidores y también de ferias como Madrid Fusión, Gourmet o la Horeca Baleares, son las principales apuestas en las que está inmersa una empresa que abrió sus instalaciones hace ahora casi un año, aunque la línea de producción de esa bebida no acabó de montarse hasta junio. Desde entonces, estiman que han dado salida a unos 50.000 botellines de refresco Brainapple y, viendo la evolución actual, esperan llegar a los 600.000 en dos años. «Es un producto que está gustando, sienta bien, y confiamos en que haya más recurrencia en el consumo, eligiéndolo como una bebida alternativa», explicó Fernando Meana, responsable de empresa; que tiene muy presente que «estamos en un duelo muy complejo» para dar a conocer una marca fuera de la comarca. Y es que ahora mismo, tienen «escasos medios para hacer un lanzamiento como debe ser. La ventaja es que el producto está muy bien calificado, como sano y refrescante, además de la chispa de actualidad y tendencia que tiene. Ésa base nos anima a seguir para darnos a conocer» De manera paralela, avanzan en dar forma al reto de fermentar sidra tradicional en Miranda. Un objetivo cumplido y del que se sienten muy orgullosos porque las 14.000 botellas que pueden llenar con la capacidad de producción del lagar de Miranda tuvieron una salida muy rápida. El resto de la demanda ha sido posible atenderla gracias a las instalaciones con las que también cuentan en Asturias y que, desde el principio, les garantizaban el poder llegar a las 600.000 botellas si es necesario. «Nuestra vocación de sidreros nos está dando bastantes alegrías. Hemos vendido más de lo que esperábamos». Es un producto que, reconoció Meana, «ha sido muy bien acogido» tanto en Miranda como en el entorno. «Los bares nos dicen que desde que existe la sidra natural Burkan se está incrementando el consumo de esta bebida y eso es algo que está resultando muy satisfactorio. Además ésa es la línea que buscamos. No se trata tanto de entrar en competencia con el resto de los sidreros, sino de conseguir que cada vez se consuma más», apuntó Meana; al tiempo que reconocía que «la valoración de Burkan está siendo muy positiva y su sabor ha encajado muy bien». Buena respuesta está recibiendo su complemento nutricional para memoria y función cognitiva con extracto de manzana Seimer. «Hay bastantes personas que lo están tomando de manera continua desde hace un año», valoró. Zumo y nuevas mezclas También siguen elaborando su zumo de manzana con algas o vinagre, aunque son conscientes de que el precio está limitando el crecimiento y, de hecho, eso es lo que animó a la empresa a elaborar el refresco partiendo de la misma base. «Es un producto que, por sus cualidades, puede sustituir una merienda o un almuerzo, por ejemplo; y, por tanto, no es caro, pero la situación económica hace que sólo se mire el precio y no su valor proteínico… Puedes leer la noticia completa en El Correo Edición Miranda del 24/03/2023

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